5 de abril de 2010
Silencio
Después de todo tipo de agitaciones y tempestades, siempre regresa la calma, la quietud, el silencio. Es el estado natural de la mente (¡quién lo diría!), el trasfondo absoluto, el espacio sobre el que se generan todas las formas, todas las ideas, todo lo que existe... Después de unos días festivos de animación callejera, un cierto vacío ha reconquistado el pequeño mundo al que me asomo cada mañana desde las ventanas de mi casa. Y me he vuelto a reconocer en él. He disfrutado de alegrías compartidas con amigos en la ya pasada semana santa, felizmente soleada en el relajo del sur. Ayer domingo por la tarde se fueron vaciando las calles. Recogí y limpié las estancias de mi casa. El orden resucitó.
Entonces, sólo entonces, de nuevo, resplandeciente, regresó el silencio.
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1 comentario:
Qué pasada cuando uno empieza a vivir en ese "silencio" del que hablas (o al menos a percibir atisbos de él). Es absolutamente increible.
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