26 de febrero de 2010
Las horas
Nicole Kidman interpretando a Virginia Wolf
No había visto hasta ahora esta película de Stephen Daldry que bucea en el mundo interior de Virginia Wolf y de su novela Mrs. Dalloway. Ha sido todo un impacto para mí. No sólo por las profundas y magníficas interpretaciones de Nicole Kidman (por la que ganó el Óscar en 2002), Julianne Moore y Meryl Streep, sino por el espacio de angustia y cruda realidad en el que habitan, de diferentes maneras, los personajes que ellas encarnan y los no menos impresionantes secundarios con los que componen una dura batalla de sinceridades. "No puedes encontrar paz evitando la vida", le dice Virginia Wolf a su marido tras un duro diálogo en la escena de la estación. Me di inmediatamente por aludido... Y no dejé de sentirme interpelado por el discurso vital y moral que emana de la película.
El personaje de esta mujer me resulta ahora mucho más fascinante, cercano y atractivo. Y no sólo como la referencia feminista que fue en algunos despertares de los años setenta. Tampoco solamente porque formó parte del Círculo de Bloomsbury junto con algunos "Apóstoles de Cambridge", Bertrand Russell, Edward M. Forster, Ludwig Wittgenstein, o personajes tan dispares como Gerald Brenan o el últimamente rememorado en el vendaval de la crisis económica John M. Keynes. Hay algo más, creo que mucho más... y me encanta tener esta oportunidad de salir a su encuentro.
Virginia Wolf admiraba a Vincent Van Gogh. Y también, como él, se suicidó, aunque lo hizo de una forma más femenina: llenó los bolsillos de su abrigo con piedras y se arrojó al río Ouse. Vincent se pegó un tiro en el pecho. Ambos, según parece, sufrían algún tipo de trastorno mental. En la nota que Virginia le dejó a su marido antes de suicidarse decía, entre otras muchas intensidades: "Todo lo he perdido excepto la certeza de tu bondad". En su mundo tortuoso y extrañamente lúcido mantuvo encendida una llama de valentía y honestidad muy aleccionadora.
“To look life in the face, always, to look life in the face, and to know it for what it is... at last, to love it for what it is, and then to put it away.”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Vicent Van Gogh es el puro ejemplo de genio atormentado, incomprendido y desgraciado de su época.
Desolado en su mundo extraordinario; yo, personalmente aún no he conocido a nadie que me convenza de que ése mundo que imaginaba, es menos real que el mío.
J'adore despazio blog.
J.Jara
Comparto lo que dices. Además, no utilizaría el adjetivo "real" para comparar mundos interiores y exteriores en cada ser humano. O todo es real o nada lo es, creo yo...
No había leído tu comentario cuando publiqué anoche el post sobre Van Gogh. ¡Qué curiosa sincronicidad!
Gracias por valorar positivamente el blog.
Publicar un comentario